La terapia de luz roja (TRI) es una técnica terapéutica que utiliza una longitud de onda roja con poca luz para tratar problemas cutáneos, como arrugas, cicatrices y heridas permanentes, entre otras condiciones. A principios de los años 90, los científicos utilizaron la TRI para ayudar a las plantas a crecer en el espacio. Los científicos han descubierto que la intensa luz de los diodos emisores rojos (LEDs) ayuda a promover el crecimiento y la fotosíntesis de las células vegetales.
A continuación, se estudió la luz roja por su posible aplicación en medicina, específicamente para averiguar si la RLT podía aumentar la energía en las células humanas. Los investigadores esperaban que la TRI pudiera ser una forma eficaz de tratar la atrofia muscular, la cicatrización lenta de heridas y los problemas de densidad ósea causados por la ingravidez durante los viajes espaciales.
¿Cómo funciona la terapia de luz roja?
Se cree que la luz roja actúa produciendo un efecto bioquímico en las células que fortalecen las mitocondrias. Las mitocondrias son el poder de la célula: aquí es donde se crea la célula de energía. La molécula que transporta energía que se encuentra en las células de todos los seres vivos se llama ATP (adenosina trifosfato). Aumentando la función mitocondrial mediante la TRJ, la célula puede producir más ATP. Con más energía, las células pueden funcionar de forma más eficiente, rejuvenecer y reparar los daños.
¿Cuáles son los beneficios para la salud? Actualmente, hay datos que indican que la TRI puede tener los siguientes beneficios: favorece la cicatrización de heridas y la reparación de tejidos, mejora el crecimiento del cabello en personas con alopecia androgénica, ayuda en el tratamiento a corto plazo del síndrome del túnel carpiano, favorece la cicatrización de heridas de cicatrización lenta, como las úlceras del pie diabético, reduce las lesiones de psoriasis, ayuda con el alivio del dolor a corto plazo y la rigidez matutina en personas con artritis reumatoide…
Los estudios demuestran que reduce algunos de los efectos secundarios del tratamiento contra el cáncer, incluida la mucositis oral, mejora la complexión de la piel y desarrolla colágeno, reduce las arrugas, ayuda a reparar el daño solar, previene llagas recurrentes por infección por el virus del herpes simple, mejora la salud de las articulaciones en personas con osteoartritis degenerativa de rodilla, ayuda a reducir las cicatrices…
Hay una cantidad limitada de evidencia que demuestra que la terapia de luz roja hace lo siguiente: trata la depresión, el trastorno afectivo estacional y la depresión posparto, activa el sistema linfático que ayuda a “desintoxicar” el cuerpo, fortalece el sistema inmunitario, reduce la celulitis, ayuda a perder peso, trata dolores de espalda o cuello, combate la periodontitis y las infecciones dentales, trata el acné, reduce el insomnio…
¿Con qué frecuencia deberías hacer terapia de luz roja?
Cada persona reaccionará de forma algo diferente ante la RLT. La recomendación general es probar este tipo de terapia de forma constante durante unas ocho a doce semanas. Puedes empezar con sesiones más cortas y considerar aumentar el tiempo después de registrar tu reacción. Para obtener los mejores resultados, el objetivo es completar de tres a cinco sesiones por semana durante las primeras de una a cuatro semanas.