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Artrosis de la columna cervical (artrosis cervical): síntomas, causas, diagnóstico

La artrosis cervical (artrosis de la columna cervical) es un proceso degenerativo que afecta a la columna cervical. Esta enfermedad, que se desarrolla gradualmente con la edad, puede causar diversos síntomas y complicaciones, afectando gravemente la calidad de vida de la persona.

Comprender los factores de riesgo es clave para identificar a las personas con mayor riesgo de desarrollar artrosis cervical. Los principales factores de riesgo incluyen la edad, el género, la predisposición genética, lesiones previas en el cuello, hábitos de vida poco saludables como fumar, obesidad y falta de actividad física.

La edad es uno de los principales factores de riesgo porque los procesos degenerativos en la columna suelen comenzar a aparecer con la edad. Cuanto mayor es una persona, más probable es que desarrolle cambios característicos de la osteoartritis cervical.

Las predisposiciones genéticas también juegan un papel importante en el desarrollo de la osteoartritis cervical. Las personas con antecedentes familiares de este trastorno tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.

Las lesiones previas en el cuello, como lesiones deportivas, accidentes de tráfico u otros traumatismos, pueden aumentar el riesgo de cambios degenerativos en la columna y el desarrollo de osteoartritis.

Los hábitos de vida poco saludables, como fumar, la obesidad y la falta de actividad física, también se asocian con un mayor riesgo de osteoartritis cervical.

La osteoartritis cervical puede presentar una presentación clínica diversa, dependiendo de la gravedad de los cambios en la columna y la presencia de complicaciones. Los principales síntomas incluyen dolor de cuello, rigidez, movilidad limitada del cuello, dolores de cabeza, hormigueo o entumecimiento en los brazos y debilidad en los músculos del cuello.

El dolor de cuello es uno de los síntomas más comunes de la artrosis cervical. Puede localizarse en la zona del cuello o extenderse hacia los hombros y la espalda.

La rigidez del cuello puede ser especialmente pronunciada por la mañana o tras un largo periodo de inactividad, como estar sentado en un escritorio o de pie durante largos periodos de tiempo. La movilidad limitada del cuello puede dificultar realizar actividades diarias como girar la cabeza o levantar los brazos por encima de la cabeza.

Los dolores de cabeza que ocurren como resultado de la osteoartritis cervical suelen localizarse en la parte posterior de la cabeza y pueden ir acompañados de mareos. El hormigueo o el entumecimiento en las manos pueden indicar irritación de los nervios de la columna cervical, mientras que la debilidad en los músculos del cuello puede deberse a la compresión de la médula espinal o las raíces nerviosas.

El diagnóstico de la osteoartritis cervical se basa en la anamnesis, el examen físico, pruebas de imagen radiológica y, en ocasiones, pruebas adicionales. La historia clínica es fundamental para identificar los síntomas y factores de riesgo asociados a la osteoartritis cervical. El examen físico incluye una evaluación de la movilidad del cuello, palpación de las vértebras, comprobación de la sensibilidad y función nerviosa, y valoración de la fuerza de los músculos del cuello. Las pruebas de imagen radiológica, como las radiografías de cuello, la resonancia magnética (RM) o la tomografía computarizada (TC), permiten una visión más detallada de los cambios en la columna, incluyendo cambios degenerativos en las articulaciones y los discos intervertebrales. Se pueden utilizar pruebas adicionales, como la electromiografía (EMG) o pruebas de desafío, para evaluar la función nerviosa y muscular y confirmar el diagnóstico de artrosis cervical.

La osteoartritis cervical es un proceso degenerativo complejo que afecta a la columna cervical, causando una variedad de síntomas y complicaciones. Comprender los factores de riesgo, la presentación clínica, los métodos diagnósticos, los enfoques terapéuticos y los desafíos asociados a esta enfermedad es fundamental para proporcionar una atención adecuada a los pacientes con artrosis cervical. Un enfoque interdisciplinar que involucre a médicos, fisioterapeutas, nutricionistas y psicólogos puede ser crucial para gestionar esta compleja patología y mejorar la calidad de vida de los pacientes.

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