En el vídeo de hoy, os revelaré lo importante que es desayunar todos los días y cómo el desayuno afecta al ayuno diari.
LA ERA MODERNA Y EL AYUNO INTERMITENTE
La época en la que vivimos estuvo marcada por un cambio en los hábitos alimenticios, y un punto de inflexión clave ocurrió durante los años 70. El ayuno ha sido parte de la humanidad durante miles de años, pero durante los últimos 50 años o más ha sido completamente descuidado. La relación entre la dieta del hombre moderno y la aparición de un gran número de enfermedades que no eran un problema hace cincuenta años o más es muy interesante. Hoy sabemos muy bien de qué nos enfermamos y de qué morimos más. Hace miles de años, el ayuno era una parte integral de nuestra vida diaria y de nuestros hábitos alimenticios. La gente ayunaba por diversas razones, ya fuera ceremonias religiosas, la purificación del cuerpo o la preservación de la salud. La práctica del ayuno se representaba a menudo en diferentes culturas y religiones de todo el mundo. Sin embargo, con la llegada de los tiempos modernos y la acelerada industrialización de la alimentación, el ayuno está desapareciendo lentamente de nuestras vidas. En el pasado, la gente solía consumir una o dos comidas al día. Este era un patrón alimenticio común que a menudo se alineaba con los ciclos naturales del día y la noche. Sin embargo, en los años 70, las directrices dietéticas cambiaron y la industria alimentaria y los expertos en marketing fomentaron activamente el consumo de varias comidas pequeñas al día. Aquí es donde reside el poder de las grandes empresas alimentarias y el increíble impacto de la publicidad en la gente común. Los medios, la televisión, Internet, los periódicos nos han convencido y aún nos convencen de que es importante comer a menudo y que nunca debemos saltarnos una comida. Las nuevas directrices sugerían consumir un mínimo de cinco a seis comidas pequeñas al día para mantener nuestra salud y bienestar. Desafortunadamente, estos cambios en los hábitos alimenticios no produjeron los resultados deseados. En cambio, estamos presenciando un alarmante aumento de todas las enfermedades más graves del hombre moderno. ¿Cómo es posible que nuestra opinión sobre la nutrición se haya invertido en tan solo unas pocas décadas?
¿POR QUÉ ESTAMOS ENFERMOS?
Hoy nos estamos poniendo más enfermos. Solo hay que mirar a tus hijos, familiares, vecinos. ¿Cuántas veces has oído o has tenido a una persona cercana en tu familia que haya sufrido un infarto o un ictus en sus treinta o cuarenta años? ¿Ves a tus hijos o nietos comiendo comida realmente mala todo el día, sentados frente a la tele, navegando por internet o jugando todo el día? Sabes lo mala que es esta forma de vida, pero todos la practicamos. He estado trabajando con pacientes en la práctica clínica desde el año 2000. En ese momento, el mayor número de personas enfermas tenía cincuenta años o más. Sin embargo, con el tiempo, noté una tendencia alarmante: cada vez más personas menores de 50 o 40 años acudían a mi consulta para recibir tratamiento. Hoy en día, en los países del mundo desarrollado, esta es una situación común. Cuanto más jóvenes nos hacemos, más enfermas. La comida que consumimos cada día está llena de calorías vacías y es muy pobre en nutrientes esenciales. En lugar de darle un descanso al cuerpo entre comidas para regenerarse y limpiarlo de toxinas, lo alimentamos continuamente durante dieciséis a dieciocho horas cada día. El resultado es un impacto extremadamente negativo en nuestra salud, que se refleja en los numerosos problemas de salud que enfrentamos. Creo que ya es hora de educarnos sobre lo que es bueno para nuestra salud, de seguir a eminentes expertos y científicos que nos hablan de la importancia de una alimentación menos frecuente y mejor, pero también sobre los peligros de sobrecargar frecuentemente con mala alimentación.